Grupo Healy

Brindan techo y alimento a olvidados

El Albergue Luz Valencia rescata a personas enfermas que no tienen familia o ésta las abandonó

POR JORGE LÓPEZ jlopez@elimparcial.com

Un total de 70 pacientes olvidados en el Hospital General del Estado son los que se atienden en el Albergue Luz Valencia, quienes en su mayoría padecen enfermedades en fase terminal y no cuentan con el apoyo de sus familiares.

Al ver la necesidad de algunos enfermos que no contaban con hogar y que prácticamente habían sido olvidados por la sociedad, Martha Aguayo de Uruchurtu fundó el Albergue Luz Valencia hace 32 años.

“Albergue Luz Valencia es una institución de asistencia privada que atiende a los enfermos en fase terminal o enfermos crónicos; la mayoría de ellos no cuenta con familia o muchas veces la familia no los puede atender y los abandona”, explicó la presidenta fundadora.

Gracias a la generosidad de las personas, dijo, es como durante tantos años se les ha podido dar una vida digna a quienes lo necesitan.

Recordó que hace más de 30 años, cuando era voluntaria anónima en el Hospital General, comenzó a darse cuenta de que había muchos pacientes que los daban de alta, pero no tenían un lugar a dónde ir y muchos de ellos tenían enfermedades terminales o no se valían por sí mismos.

Al poco tiempo se topó con un caso de Mario, un niño de 8 años de edad, originario de Pitiquito, y había sido abandonado por sus padres en el nosocomio y no tenía a dónde ir, y fue lo que despertó su interés para abrir un albergue que ayudara a personas como el menor.

“Fue así como empecé a trabajar. Tuvimos mucho apoyo de las autoridades, del Gobierno, de la Secretaría de Salud, el doctor Alejandro García

‘ Cuando vives situaciones en tu familia con personas que tienen cáncer, embolia o alguna enfermedad, es entonces que te das cuenta de las necesidades que existen’.

Martha Aguayo de Uruchurtu Presidenta de Albergue Luz Valencia

Atondo era el director del Hospital y siempre nos apoyó.

“El niño se llamaba Mario Armando Cervantes, duró muchos años conmigo, falleció hace cuatro años”, agregó, “él era de Pitiquito, pero nunca conocimos a sus papás porque fue abandonado totalmente y se quedó con nosotros”.

Martha platicó que a Mario no se le desarrollaron bien sus huesos después de que le cayó una barda encima y a pesar de que estaba en silla de ruedas, pudo estudiar y durante muchos años trabajó a su lado como su secretario particular, hasta que falleció a los 33 años de edad.

“Era uno de los motores aquí en mi oficina, él me hacía todo, tenía muchos amigos, terminó su carrera y era un muchacho muy inteligente”, enfatizó.

Muchas historias desgarradoras de las personas que ayuda, son las que ha tenido que escuchar Martha de Uruchurtu, las cuales la han marcado para siempre, pero han sido el aliciente para poder seguir apoyando a tantas personas que no cuentan con nadie para salir adelante.

Aclaró que gracias al apoyo de los voluntarios, de los donantes y de las personas que aportan su granito de arena, es por el cual el albergue se ha sostenido, y aún así tienen muchas necesidades, al grado que hace dos semanas estuvieron a punto de cerrar el albergue, ya que no contaban con solvencia.

LOS GASTOS

La presidenta fundadora del albergue, ubicado a un costado del Hospital General del Estado, sobre el bulevar Luis Encinas y Navarrete, de la colonia San Benito, tiene una capacidad para 70 personas y su ocupación es del 100%.

Los gastos mensuales en promedio son de 240 mil pesos, de los cuales 170 mil están destinados para pagar los sueldos de los 28 empleados y el resto es para la compra de pañales para los pacientes, artículos de limpieza, reparaciones, servicios, entre muchas otras cosas.

“A nosotros nos hace falta los alimentos, artículos de limpieza y todo, pero también el efectivo, porque necesitamos pagar sueldos. Por ejemplo, nos donaron pañales y ya tenemos casi dos meses descansando, pero estamos pagando la deuda que teníamos con el Seguro Social, entonces sí nos hace falta el efectivo para enfrentar esos gastos”, explicó.

Aguayo de Uruchurtu comentó que la mayoría de los pacientes son personas que están en el Hospital General y todos ellos fueron abandonados, y por eso es que el albergue cuenta con muchas necesidades.

Resaltó que lo que más hace falta son los alimentos perecederos que se usan diariamente; es decir, el pollo, carme, pescado, frutas y verduras, ya que muchos de los pacientes llevan una dieta especial por su condición de salud.

A las personas que no recibe el albergue Luz Valencia son las que cuentan con enfermedades infectocontagiosas, ya que pueden contagiar a los demás pacientes, pero sí con enfermedades terminales, como cáncer.

Si desea apoyar al albergue Luz Valencia con alguna donación, ya sea en especie o efectivo, puede comunicarse directamente con Martha Aguayo de Uruchurtu al teléfono 6622787284.

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2022-08-15T07:00:00.0000000Z

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