Grupo Healy

SOBREPESO

EFE

CIUDAD DE MÉXICO.-¿Sabía que “picotear” (ingerir distintos alimentos en pequeñas cantidades) al llegar a casa y antes de cenar o mientras miramos la televisión en el sofá, así como participar de reuniones o actividades sociales, que giran en torno a la comida, son tres de la situaciones que hacen que nos descontrolemos más al comer?

Los expertos en nutrición las denominan “situaciones gatillo”, es decir aquellas circunstancias en las que se juntan una serie de estímulos desencadenantes de una conducta o una serie de comportamientos, que nos conducen a resultados negativos al alejarnos de nuestros objetivos, ya sea llevar una alimentación sana, hacer ejercicio o dejar de fumar.

Para mantener a raya el sobrepeso corporal y comer de manera saludable y equilibrada, debemos aprender a gestionar psicológica y emocionalmente estos “disparadores del descontrol alimentario”, advierten desde el Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO).

“La relación entre las emociones y los alimentos que ingerimos (ingesta alimentaria) ocurre en ambas direcciones,” explica la nutricionista Sonia Peinado.

Esto quiere decir que una emoción puede hacer que desinhibamos o que restrinjamos nuestra ingesta alimenticia, y a la inversa, determinados alimentos, una vez consumidos, tienen un efecto de modulación, es decir que producen un ajuste sobre los estados afectivos.

En las “situaciones gatillo” confluyen una serie de estímulos desencadenantes, es decir aquellas imágenes, sonidos, personas, lugares o sensaciones, que favorecen el inicio de una cadena de acciones que influyen en un determinado resultado, explica la psicóloga Ana Gutiérrez Frutos.

Señala que cuando estos estímulos se repiten en más de una ocasión, esto contribuye a que estas acciones se asienten como un hábito en nuestro comportamiento.

Estas acciones se consolidan debido a que nos evitan un malestar o conllevan un alto grado de placer, lo que hace que en nuestro cerebro se refuerce la tendencia a querer repetirlas, según Gutiérrez.

La psicóloga describe a continuación tres “situaciones gatillo” muy frecuentes:

Llegar a casa después de un día agotador de trabajo, con hambre (dado que tendemos a omitir las meriendas) y sin una cena preparada o planificada, funcionan como potentes desencadenantes de un picoteo.

XLa mayoría de los entornos sociales giran en torno a la comida, ya que nos reunimos para tomar el café, comer, merendar o cenar. Suelen ser comidas sabrosas, vistosas, en restaurantes que frecuentemente despiertan nuestro interés.

XSegún Gutiérrez, es una de las “situaciones gatillo”

Xmás comunes en las que se suman varios estímulos desencadenantes: permanecer sentado en el sofá, ver la televisión y experimentar estados emocionales de cansancio o aburrimiento.

Para hacer frente a las “situaciones gatillo” más comunes, la nutricionista Sonia Peinado recomienda:

Llevar una alimentación que sea completa, en vez de basarse en técnicas restrictivas de alimentación que aumenten nuestro estrés.

Tomar un postre o una copa con familiares y amigos, si llega la ocasión, pero hacerlo de modo controlado.

Procurar que nuestra alimentación nos llame la atención visualmente (comemos

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SOCIALES | ACTIVA

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2022-08-15T07:00:00.0000000Z

2022-08-15T07:00:00.0000000Z

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